El deportista que no soy ... o el que podría ser


Como si fuera algo realmente cíclico y repetitivo, una vez más me puse a tratar de convencerme de la importancia de hacer deporte y de que bien que me haría; por supuesto fracasé nuevamente.

Todo por culpa de mi hermano que se ha convertido en casi un maratonista, corriendo todo lo que se le cruce por delante, que el otro día me dijo, aún no pude saber si irónicamente o realmente, ¿mañana en la mañana vamos a correr?, y yo lo único que pensé fue “mañana en la mañana, si, seguro, me levanto derecho a correr, a correr la cortina de la ventana”, pero nada, eso lo pensé, lo que salió como respuesta a su pregunta fue, “dejame ver, cualquier cosa te aviso”; el “cualquier cosa te aviso”es sabido que es usado como para decir que ni en pedo lo vas a hacer, que arranquen nomás, etc etc., y el “dejame ver” .... ¿que tengo que ver?, ¿si me pude atar los cordones?, ¿si el chorizo al pan que me pienso comer me cae bien? ... no se, la verdad todavía no se que es lo que tengo que ver.

Y empecé a analizar el tema del deporte, primero, que a cierta edad ya el deporte debería por pasar en la capacidad de levantarte, poder moverte dentro de tu casa, y si sos extremista, salir a la calle a hacer los mandados, en auto, porqué no nos vamos a mentir, la expresión de que “el deporte es salud” es una cruel y despiadada mentira, Maradona, Ronaldo (el que cambió el fútbol por el poker, no el que cambió el fútbol por la moda o la moda por el fútbol o da igual), "Mojame el ají", Fabian O’Neill, el maestro Tabarez, entre unos cuantos más son muestras de que el deporte de mucho no les sirvió; y si vamos al ejemplo de los que corren....¿quiénes son los que corren más?: los maratonistas seguramente, esos que parecen que salieron de un campo de concentración, que hace 3 meses que no comen, que miden 1,20 metros, y los que desean ganar una medalla, no como premio ni reconocimiento, sino para poder ponerse un peso extra en el cuerpo para no volarse con la primer brisa primaveral que aparezca, y que aspecto muy saludable que digamos no estarían dando.

Después pensé que si salgo a correr voy a salir para hacer el ridículo, primero vestimenta deportiva, estiramiento previo, un poco de agua, música en algún reproductor o en el mismo celular, ponerme los auriculares, salir por la puerta de casa, caminar una cuadra para entrar en calor y arrancar a correr...”arrancar a correr” media cuadra, porque ahí es cuando ya voy a sentir que me revienta el hígado, el bazo, o lo que carajo duela cuando corres y te dicen que es porque respiras mal, el dolor en los tobillos es similar al que sintió Jesús cuando se los clavaron a la cruz, las rodillas parecen dos escarbadientes en medio del último terremoto de Italia y el corazón es lo mas similar al bombo de la barra brava de Nacional.

Anotarme en el club del barrio, no me pareció buena idea, por lo que decidí comprarme una bicicleta, una barra, unas mancuernas, pesas de diferentes kilos, y un libro de entrenamiento en casa.
La bicicleta la estoy usando, no todos los días, no se confundan, pero cuando no tengo ganas de guardar la ropa, o ya no tengo lugar para secar la ropa, el lugar a donde va a parar es ahí, muy útil como perchero con el manubrio y el asiento; la barra y las pesas las uso para separar algunas cosas, o trancar otras; y el libro lo abrí, lo estuve mirando un poco, pero lo terminé usando para prender el fuego ayer a la noche para hacer chorizos, mollejas, chinchulines y riñones. Porque seré un deportista frustrado, un intento, un pensamiento o un proyecto de deportista, pero que hambre no paso, no paso, y sobre todo, porque una buena alimentación es la base para aguantar el desgaste físico. Mientras llega el desgaste físico, voy preparando al cuerpo para soportarlo.

Buen provecho!

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