Los libros de autoayuda

Siempre hay un amigo o un familiar que por alguna razón siempre encuentra el motivo por el cual recomendarte un libro de autoayuda, y que para peor, ya lo tiene en la casa, por lo que directamente te cae con el libro acompañado de un “leelo que a mi me cambió la vida” “no sabes como te abre la cabeza y te hace entender y ver todas las cosas diferentes”, a lo que pensé que tan bien a mi amigo no le hizo, y tanta ayuda no le aportó si sigue hace 2 años buscando novia, no tiene laburo, viene todos los días a comer a casa porque no tiene que comer, y porque además generalmente se acuesta en el techo que tengo a la entrada porque lo rajaron de la pensión en donde vivía por no pagar. Pero bueno, no quería ser la razón de su próxima depresión, ni su próxima razón para ir a “comprar” otro libro de autoayuda por lo que tomé el libro con un “gracias, lo voy a leer”

Cuando llegué a casa y leí el titulo (“Vive por tu cuenta, no estés pagando cuentas”) me di cuenta de dos cosas, todos los libros de autoayuda tienen títulos depresivos, y me dediqué a buscar algunos: “Ámate a ti mismo como si tu vida dependiera de ello”, “Los dones de la imperfección”, “La semana laboral de 4 horas”, y mi amigo claramente siguió a la letra lo que decía el título.

Y créanme que sentí la necesidad de entender un poco esta cultura por los libros de autoayuda, la necesidad de creer en algo, en llenar vacíos, y en como los seres humanos se alejan lentamente de las religiones clásicas, para sumergirse en la religión de la autoayuda, en la que en vez de comprar un solo libro (la Biblia, el Corán, los Sutras, etc) o el de ir a una reunión semanal para rezar, compramos un libro por mes de esos que nos ayudan a ser mejores personas y a encontrar el porque de todo lo que nos pasa, por lo que lentamente retiramos las cruces, las estrellas, los candelabros, las mantas de las paredes para dejar espacio para bibliotecas llenas de libros.

Y que visión narcisista que provoca en los lectores, “soy especial”, “soy el mejor”, lo tengo todo”, hola!!! Tan especial y mejor no sos si tuviste que acudir a leer lo que tenes entre las manos y tanto me parece que no estarías teniendo tampoco, por lo menos, seguro ahora tenes menos plata que antes con lo que tuviste que pagar para tener ese libro.

Claramente estoy negado a la autoayuda, será por mi base científica, o porque simplemente me parece una payasada grande la de vender y vos comprar fantasías cuando lo que necesitas son realidades. “Auto” ayuda, en la que una persona nos trata de convencer de que nosotros mismos somos la respuesta a todo, y que está en nosotros la superación, pero que al mismo tiempo, tan vivos no somos porque le tenemos que pagar a otro, a través de un libro, un taller, una charla o un curso para que nos de ese empujoncito que precisamos para arrancar, mientras la otra persona se llena el bolsillo para poder pensar sus próximas vacaciones, o cuál será su próximo “auto”móvil, en resumen, lo mismo que haces yendo a un psicólogo o un psiquiatra, pero sin pastillas ni terapias en el medio.

Y te llenan frases y preguntas, como “todos los caminos llegan a Roma” y ¿cómo carajo salgo de Roma cuando me quiera ir?, haciéndote ver y vivir la vida de una forma optimista, y pregunto, si alguien se dedicara a ser trapecista en un circo ¿pediría que saquen la red de seguridad porque no va a pasar nada? NO, nos llenamos de mentiras porque queremos, y creemos en fantasías porque al final preferimos vivir en una mentira, antes de ser concientes de la realidad.

Y voy a terminar recomendado mi próximo libro, al que titularé: “Entender lo que ya sabemos: Una mirada científica que te ayudará a comprender todo aquello que ya sabes” en donde trataré temas como: la función del dedo chico del pie para saber donde están los muebles de la casa; las invitaciones de cumpleaños de 15 y casamientos como ayuda memoria; la necesidad de llevarte los centros de mesas de las fiestas, entre otros.

Recuerden que la superación está en ustedes mismos, porque ustedes van a tener que trabajar para tener dinero, y porque ustedes van a tener que fomentar diariamente las relaciones para que no se terminen, porque ustedes van a tener que pagar cuentas para no quedarse sin nada, y porque ustedes, de última, serán los que compren los libros.