La nueva (a)normalidad


    No hace mucho tiempo se hablaba de que las nuevas generaciones irían modificando algunas partes de su cuerpo como resultado de mutaciones evolutivas, entre ellas se hablaba del desarrollo de algunas falanges por el uso del celular, la hipertrofia muscular del dedo pulgar, y el fortalecimiento de los tendones como resultado de años de sufrimiento.
    Con un poco de imaginación uno se hace la idea de ese aspecto, una mano “normal” pero con una anormalidad, un dedo que sobresale sobre el resto, algo así como si pusieran a Chris Hemsworth (en Thor) al lado de Peter La Anguila (en Peter La Anguila).
    Ahora lo “nuevo”: estamos siendo testigos de la desaparición de los pequeños gestos que hacían grandes las comunicaciones, esos gestos faciales que dicen todo sin emitir un sonido, esos gestos que fueron tapados por el uso casi obligatorio de las mascarillas, barbijos, tapabocas o como le quieran decir.
    Los seres humanos modificarán y desarrollarán nuevos medios de comunicación, particularmente me preocupa el uso excesivo de las manos acompañando las palabras, de verdad tengo miedo que un día esté hablando con alguien y esté convulsionando y yo ahí sin hacer nada.
    Imagino un futuro un poco escalofriante, imagino una nueva (a)normalidad en las comunicaciones y los aspectos humanos, imagino al ser humano en unos años como dibujan a los extraterrestres actualmente, cabezones, con ojos enormes, una pequeña boca, con rostros inexpresivos y agréguenle un dedo pulgar hipertrofiado saludando de lejos, expertos en gesticulación dactilar y de grandes y profundas miradas. Nos veo con poca variedad de indumentaria, la crisis económica post-pandemia fue grave y no da para estar comprando mucho para tener variedad (espero que a esas alturas Mirtha Legrand esté descansando en paz para no sufrir el no poder tener cambios de vestuario), y dentro de lo que más me aterra es pensarnos grises como efecto de no bañarnos para también ahorrar en el gasto de agua y jabón, manteniendo el distanciamiento, pero ahora no por el contagio, sino por el olor.


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