¿De qué color es?

Voy a apelar de forma envidiosa a la memoria de ustedes, no dudo en que muchos recuerdan aquellos retos que supieron recorrer las numerosas redes sociales cuestionándonos nuestra capacidad visual y enfrentando nuestras diversas realidades.


Supimos ser víctimas de un vestido, acá el público en una discusión polarizada entre los que decían que era negro y azul, y los que afirmaban que era blanco y dorado se vieron enfrentados y defendiendo cada uno su propia verdad.

 

Antes o después, la correlación temporal poco afecta, apareció una imagen y nos cuestionaba a decir cuantos colores veías, y acá la capacidad visual e imaginativa de la gente los llevaba a dividirse entre lo que veían 3 y los que llegaban a ver hasta 36 colores diferentes, nunca sabremos quien tenía la razón, porque como el anterior y los que vendrán no solo depende de las capacidad individuales, sino que también depende del tipo de dispositivo en donde lo estemos realizando y un montón de especificidades que poco me preocupa entender.

 

Se me viene a la memoria también otro reto similar, pero con la utilización de audio en vez de una imagen, este reto motivó que las consultas a otorrinolaringólogos creciera de manera exponencial, algo que en pandemia, y en tiempos de telemedicina se convierte en un arma de doble filo, ya que donde tengas una mala conexión, la teleconsulta se vería cortada tanto en imagen como en sonido, lo que da como resultado un pase a interconsulta con evaluación quirúrgica para terminar coordinando una cirugía de oído u ojo por pedir que te volvieran a repetir algo que no habías podido escuchar, o que te volvieran a hacer el test visual por culpa de la mala conexión.

 

No se ustedes, pero estos jueguitos visuales y auditivos me han complicado la existencia, me han realizado tres fondo de ojo, me han diagnosticado daltonismo, astigmatismo y miopía, me trataron por hipoacusia, enfermedad de Ménière, me destaparon los oídos cinco veces, y me mandaron a utilizar lentes que me han cambiado de graduación casi mensualmente, y audífonos bilaterales, por lo que ahora escucho hasta cuando los astronautas de la Estación Espacial Internacional mastican un chicle o alguna hoja de coca (me imagino que deben comer chicle todo el tiempo para que no le duelan los oídos y que mastican hojas de coca para combatir los efectos de la altura). 

 


 

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