El fuego sagrado

Hace una semana que comenzó un nuevo programa de producción nacional, una competencia culinaria que se basa en hacer diferentes platos utilizando como medio de cocción la parrilla, el fuego y/o las brasas.

 

La verdad, previo a su estreno, me tenían las bolas al plato, mejor dicho, a la parrilla con los avances. Ya no sabían donde poner uno, vimos reclames, vimos avances en el informativo, en los programas matinales, en los vespertinos, en los diarios, y me animo a decir que hasta en la cartelera gremial de algún sindicato debe haber quedado algún aviso colgado.

 

La dinámica tiene su entretenimiento, aunque siendo sinceros, no tiene nada nuevo, a los que han visto concursos de cocina con jueces que se van a encargar de probar cada plato, para luego hacer una critica (que en el mejor de los casos va a ser constructiva) sobre el punto de cocción, el emplatado, y hasta si sos ordenado o no en la mesada, voy a decirles que no van a encontrar nada innovador. Lo único “diferente” se va a presentar con la exigencia de la utilización de la parrilla y el fuego en todas sus variedades.

 

Es en el último punto que al uruguayo le toca el corazón, le llega este programa y termina siendo ese anzuelo para que estemos todos adelante de la tele viéndolo, porque nunca falta el que en el grupo de amigos o familia te dice: "¿cuándo prendemos un fueguito?", "¿cuándo hacemos un asado?", "¿y si tiramos unos palitos?", porque si se dice fuego, o parrilla, ¿quién no se prende?.

 

Lo que me preocupa, es que como resultado del programa, vamos a ser testigos de que el uruguayo ahora, también es un experto en parrilla y te va a hablar de cada participante. No van a faltar los que digan que lo podían hacer mejor, que lo que hicieron fue horrible, que la presentación, que tiene el pelo suelto, que se quemó los dedos, que no sabe prender el fuego, que se le van a quemar los rulos, que tiene el cuchillo desafilado, y que ese fuego está apagado.


 ¡Y las conversaciones!, ya me las veo venir, en la próxima juntada el asador te va a decir que lo que está haciendo lo vio en el programa, te va a enchufar aceite de oliva, berenjenas, zucchini, tomates, una pasta de palta, panceta crocante, y lo peor, te lo va a servir en platos individuales, con un emplatado que busca un abanico de colores combinados, cuando lo que uno está deseando profundamente es ver solamente una tabla con carne cortada, sangre corriendo por los costados, y abundante pan para acompañar, y como mucho, algún limón si en esa tabla se mecha alguna achura.

 

En fin, el programa es una megaproducción nacional sin precedentes (por lo menos así lo presentan), y quién te dice que no termine, o terminemos, aprendiendo algo en nuestra parrilla básica de carne con carne y pan, así que vamos a entrarle a esa parrilla, y a prender ese fuego, perdón, a prender esa tele y consumir un poco de audiovisuales.


 

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